Oxford, con sus agujas de ensueño y su aire de erudición, siempre ha ejercido una atracción especial para mí. Pero en esta ocasión, mi curiosidad se vio especialmente despertada por la figura de Ashmole, un hombre cuya vida parece sacada de una novela de misterio. No pude evitar sentir una punzada de emoción al pensar que estaba a punto de caminar por los mismos pasillos donde él alguna vez deambuló, rodeado de los objetos que tanto amaba.
El Ashmolean Museum, el primer museo público de Inglaterra, es un testimonio de la visión y la pasión de Ashmole. Al cruzar sus puertas, uno se adentra en un mundo de maravillas, desde antigüedades egipcias hasta arte moderno. Pero más allá de las colecciones en sí, sentí una atmósfera especial, un eco del espíritu de su fundador.
Elias Ashmole fue, sin duda, un hombre del Renacimiento en toda su complejidad. Erudito, anticuario, alquimista y astrólogo, su vida estuvo marcada por una insaciable sed de conocimiento y una fascinación por lo oculto. Pero fue su conexión con las sociedades secretas lo que realmente capturó mi imaginación.
Mientras recorría las salas del museo, no pude evitar preguntarme qué secretos se escondían detrás de la fachada de este hombre ilustre. Se rumorea que Ashmole pertenecía a varias organizaciones esotéricas, incluyendo la Orden Rosacruz y la Francmasonería. Estas sociedades, envueltas en misterio y simbolismo, han alimentado durante siglos la imaginación de historiadores y curiosos por igual.
Con una mezcla de humor académico y fascinación, me imaginé a Ashmole en sus aposentos, rodeado de libros antiguos y extraños artefactos, descifrando manuscritos crípticos a la luz de las velas.
¿Qué buscaba realmente?
¿Qué secretos creía haber descubierto? La respuesta, como muchas cosas en Oxford, parece perderse en la niebla del tiempo.
El propio museo, en cierto modo, refleja esta dualidad de Ashmole. Por un lado, es un templo del saber, un lugar donde se exhibe el conocimiento acumulado por la humanidad a lo largo de los siglos. Por otro lado, también es un cofre de curiosidades, un gabinete de maravillas que despierta la imaginación y nos invita a explorar los límites de lo conocido.
Recuerdo detenerme frente a la vitrina que contenía la colección de objetos personales de Ashmole. Allí estaban sus instrumentos científicos, sus libros de alquimia y sus talismanes. Cada objeto parecía susurrar una historia, un fragmento de la vida de este hombre enigmático. Sentí una extraña conexión con él, una sensación de estar compartiendo un momento de intimidad a través del tiempo.
No pude evitar sonreír al pensar en la ironía de la situación. Aquí estaba yo, un Rector de una universidad moderna, fascinado por un hombre cuyo mundo estaba tan alejado del mío. Sin embargo, en el fondo, ambos compartíamos la misma pasión por el conocimiento, la misma curiosidad insaciable por desentrañar los misterios del universo, y los dos miembros de sociedades "discretas".
Quizás, después de todo, la verdadera magia de Oxford reside en su capacidad para conectar el pasado con el presente, para mostrarnos que, a pesar de las diferencias de tiempo y contexto, los seres humanos compartimos las mismas inquietudes y aspiraciones. Y en esa búsqueda de la verdad, a veces es necesario adentrarse en los caminos sinuosos del misterio, como lo hizo el propio Elias Ashmole.
Elias Ashmole, un erudito y anticuario inglés del siglo XVII, es una figura que ha fascinado a historiadores y ocultistas por igual. Su vida, marcada por una profunda curiosidad intelectual, lo llevó a explorar los límites del conocimiento de su época, incluyendo las sociedades secretas que florecían en la Inglaterra de los Estuardo.
Primeros años y formación
Nacido en Lichfield en 1617, Ashmole mostró desde joven una inclinación hacia el estudio. Tras una educación inicial en la Lichfield Grammar School, se trasladó a Londres para estudiar derecho, una disciplina que le proporcionó una base sólida para su posterior carrera como funcionario y coleccionista. Sin embargo, su interés trascendió las leyes y se extendió a la historia, la alquimia, la astrología y las ciencias naturales.
La conexión con la Masonería
Uno de los aspectos más intrigantes de la vida de Ashmole es su relación con la Masonería. En 1646, fue iniciado en la Logia de Warrington, convirtiéndose en uno de los primeros masones especulativos conocidos. Este hecho es significativo, ya que marca una transición en la Masonería, pasando de ser una organización de constructores de catedrales a una sociedad de caballeros interesados en la filosofía y el conocimiento esotérico.
La participación de Ashmole en la Masonería ha sido objeto de debate entre los historiadores. Algunos creen que desempeñó un papel crucial en la transformación de la orden, influyendo en sus rituales y simbolismo. Otros, en cambio, minimizan su importancia, considerándolo simplemente un miembro más de la Logia de Warrington.
El CÍRCULO DE LOS INVISIBLES
Además de la Masonería, Ashmole estuvo involucrado en otros círculos esotéricos de la época. Mantuvo correspondencia con destacados alquimistas y astrólogos, y se interesó por las sociedades secretas que buscaban el conocimiento oculto. Se cree que formó parte de un grupo conocido como los "Invisibles", una sociedad de intelectuales interesados en la filosofía natural y la alquimia. Este grupo, que incluía a figuras como Robert Boyle y John Wilkins, sentó las bases para la creación de la Royal Society.
El Museo Ashmolean
La pasión de Ashmole por el coleccionismo lo llevó a reunir una impresionante colección de objetos curiosos, antigüedades y manuscritos. Tras su muerte en 1692, esta colección se convirtió en el núcleo del Museo Ashmolean de Oxford, el primer museo público de Inglaterra.
El Museo Ashmolean es un testimonio del amplio abanico de intereses de Ashmole, que abarcaba desde la historia natural y la arqueología hasta la alquimia y la astrología. La colección incluye objetos tan diversos como momias egipcias, instrumentos astronómicos y manuscritos alquímicos.
Legado y controversia
El legado de Elias Ashmole es complejo y controvertido. Por un lado, se le reconoce como un erudito y coleccionista que contribuyó significativamente al desarrollo de la ciencia y la cultura en Inglaterra. Por otro lado, su conexión con las sociedades secretas y su interés por el ocultismo han llevado a algunos a considerarlo un personaje misterioso y enigmático.
Independientemente de las interpretaciones, la figura de Ashmole sigue siendo relevante en la actualidad. Su vida y obra nos recuerdan la importancia de la curiosidad intelectual y la búsqueda del conocimiento, así como la fascinación perdurable por los misterios del mundo.