Nikola Tesla, El hijo de la luz

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¡Oh, excelsos miembros de la Muy Ilustre y Arcana Cofradía del Batín y la Zapatilla!


¡Prepárense para deleitarse con las más extravagantes andanzas de aquel titán de la física, el mismísimo NICOLA TESLA!


Edicto Primero: La Obsesión por el Número Tres


  • ¡Que se sepa! Tesla, cual alquimista de la electricidad, profesaba una veneración casi mística por el número tres. ¡Todo, absolutamente todo, debía someterse a esta divina trinidad!
    • Antes de entrar a cualquier edificio, nuestro prodigioso inventor debía darle tres vueltas a la manzana.
    • Jamás, bajo ningún concepto, se hospedaba en habitaciones cuyo número no fuera divisible por tres.
    • Sus obsesiones, cual espectros eléctricos, perturbaban su paz, pero también alimentaban su genio.


Edicto Segundo: El Romance con las Palomas


  • ¡Atención, oh hermanos del misterio! Tesla, el hombre que domó los rayos, encontraba consuelo en la compañía de las palomas.
    • Las alimentaba en los parques, cual si fueran sus súbditos emplumados.
    • Se dice, incluso, que una paloma blanca en particular le profesaba un amor tan puro y profundo que Tesla afirmaba que esa ave le daba sentido a su existencia.
    • Las llegaba a hospedar en las suites de sus hoteles, cuidándolas si estaban enfermas.


Edicto Tercero: El Terremoto de Manhattan


  • ¡Escuchen con atención, pues esta es una de las historias más extravagantes del maestro Tesla!
    • En sus laboratorios, Tesla experimentaba con un oscilador electromecánico.
    • Este dispositivo, capaz de generar vibraciones de alta frecuencia, produjo un efecto colateral inesperado: ¡un terremoto!
    • Los edificios temblaron, las ventanas se rompieron y el pánico se apoderó de Manhattan.
    • Tesla, consciente de la magnitud de su poder, destruyó el oscilador con un martillo, evitando así una catástrofe mayor.


Edicto Cuarto: Aversión a las Perlas.


  • ¡Que se escriba con tinta de medianoche! Tesla sentía un profundo desagrado por las perlas.
    • Tesla se negaba a hablar con las mujeres que llevaban perlas, y este hecho fue algo que se conocía, puesto que el lo declaraba.
    • Esta aversión, se extendía hasta otros objetos de forma redonda.


Edicto Quinto: la Tormenta del Nacimiento


  • ¡Que resuene el eco de la historia! Se cuenta que Tesla nació durante una feroz tormenta eléctrica.
    • Al ver el recien nacido, la comadrona, dijo que era hijo de la oscuridad, por la tormenta que ocurría, pero la madre contradijo esta afirmación diciendo que era un hijo de la luz.
    • Curiosamente, Tesla dedicó su vida a dominar la electricidad, como si aquella tormenta fuera un presagio de su destino.


¡Que estas anécdotas iluminen sus mentes, oh buscadores de la verdad!


¡Y que el espíritu de Tesla los guíe en la búsqueda de los secretos del universo!


Tesla