El Ego en la Academia: Cuando la Excelencia se Convierte en Arrogancia"

EGO INFLADO
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La excelencia académica es algo que se valora y se busca en todo el mundo. Los profesores universitarios, en particular, son los encargados de trasmitir a las nuevas generaciones de estudiantes las habilidades y los conocimientos necesarios para enfrentar los retos del mundo laboral. Sin embargo, en ocasiones, el éxito profesional puede ser la causa de que algunos docentes desarrollen un ego sobredimensionado en su área, el cual se refleja en su trato con los demás.


El ego inflado puede manifestarse en distintas formas: el profesor que desestima las ideas de sus colegas por mero capricho, el académico que se adjudica todo el éxito de un proyecto en equipo o el profesor que menosprecia las habilidades de sus estudiantes. Estas actitudes son especialmente preocupantes porque pueden impedir la colaboración y la cooperación que son esenciales para el avance del conocimiento en una comunidad académica saludable.

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Además, el ego inflado puede llevar a la exclusión de aquellos que no comparten la misma área de especialización o no tienen un nivel académico similar. Los profesores en este contexto, son líderes que deben fomentar la inclusión y la diversidad, y no solo mantener a aquellos que se ajusten a su criterio estandarizado. La academia se construye sobre la diversidad de conocimientos y habilidades, y la exclusión de los puntos de vista innovadores o sobresalientes no hace más que limitar el potencial de la comunidad académica.


Finalmente, el ego inflado puede dar lugar a un ambiente de trabajo pobre y dañino para los actores de la academia. Los estudiantes pueden verse desalentados o intimidados, lo que perjudica su aprendizaje y su formación. Los profesionales actuales pueden ver limitadas sus oportunidades a medida que la atención se centra en un pequeño grupo de personas en lugar de considerar una perspectiva más amplia.


Es importante recordar que el éxito en la academia no se trata solo de habilidades y conocimientos técnicos. La actitud de humildad, el respeto y el reconocimiento de las contribuciones de los demás son igualmente importantes para el crecimiento y el progreso en la comunidad académica. Recordemos que la academia es un entorno de aprendizaje y colaboración, no una competición. Todos debemos tener presente que la excelencia no debe ser sinónimo de arrogancia, y que todos los miembros de la comunidad académica deben trabajar juntos para beneficiar a todos.