LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO DEBE SER DE LAS PERSONAS MISMAS

El arquitecto Carlos Henrique Fernández Coto acaba de ser reelegido presidente de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Cultural Gallego (Apatrigal),
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Según el diario El Correo Gallego, “La protección del patrimonio debe partir de las propias personas, a través de la educación en este campo. No hace falta ver cómo se ponen a la venta con total naturalidad los graneros, bienes declarados de interés cultural (máxima protección en Galicia), por el desconocimiento de su valor patrimonial y el desprendimiento que existe tras la transformación de la sociedad agraria en un uno nuevo.


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Sin embargo, el experto considera que “es recomendable delimitar determinados grupos etnográficos y catalogarlos expresamente, y en Muros hay varios conjuntos de graneros de gran interés, especialmente en Louro y Bornalle, para evitar lo ocurrido en el rianxeiro Campo das Graneiras de Meiquiz, de eso solo quedan la mitad de los ejemplares ”.


Según la ley de patrimonio cultural de Galicia, los graneros, cestos, cestos, cañas, mazorcas, graneros, etc. de más de cien años son bienes de interés cultural. No podrán rehabilitarse, ampliarse, desmontarse o trasladarse sin la autorización expresa de la Comisión de Patrimonio del Ministerio de Cultura. “A menudo se detecta que hay graneros a la venta en portales publicitarios o en redes sociales con total impunidad y públicamente”, dice el arquitecto Carlos Henrique Fernández Coto.


BARZANZA, NOIA, MUROS


Según la entidad, en las comarcas de Barbanza y Noia-Muros existen varios elementos patrimoniales dañados, amenazados u olvidados. En La Pobra se encuentra el último Barrio dos Cataláns en pie de Galicia, que fue la cuna de la industria conservera traída de esa comarca, y de la que se ha perdido buena parte. Todo este barrio ha sido catalogado en el PXOM Poor, "pero se debe articular una figura de restauración y mejora antes de que se derrumbe", dice Fernández Coto.


“Es importante por ser un conjunto arquitectónico único en Galicia, por el contenido intangible que representa y por el potencial turístico que puede albergar”, explica.


En Boiro se salvó la estructura exterior del Pazo de Goiáns, y afortunadamente se está reconstruyendo, “pero se perdió todo el interior, lo que mantuvo la autenticidad e incluso los valores, por el abandono que sufrió durante varios años, con saqueos y deterioro de los materiales originales. Debería servir de ejemplo a evitar ”, dijo.


Ya en Mazaricos, el conjunto arquitectónico de Santa Baia de Chacín (iglesia y cementerio) está completamente abandonado por el traslado del culto a un nuevo templo.


En la lista de joyas patrimoniales de Barbanza y Noia-Muros se encuentran los tres graneros más largos del mundo. Son los de Araño (Rianxo) y los de Lira y Santa Comba (Carnota). Pero, además, en estas regiones se encuentran seis de las más grandes del mundo, porque detrás de la cuarta, que es Poio, en la lista de las 50 más grandes están las de Isorna y Rianxiño (Rianxo) y Balbargos (Noia).


Todos miden más de veinte metros, un selecto club en el que solo hay cuarenta graneros en todo el mundo.


Pero estas tierras albergan también uno de los cascos históricos que conserva su autenticidad, urbanismo y arquitectura: el de Muros. En Ribeira las joyas son A Pedra das Cabras y Anta de Axeitos (o dolmen), que también se integran en el entorno.


“El pazo renacentista que alberga el Museo Valle-Inclán es otro de los bienes patrimoniales relevantes de la zona. “En cuanto al patrimonio natural, Monte Pindo es un conjunto escultórico sin competencia, esculpido por la naturaleza. No me quiero olvidar de los Castros de Baroña y Neixón, ni de las poco conocidas laudas gremiales de la iglesia de Santa María A Nova, ni del patrimonio arqueológico de la Sierra de Boiro ”, dijo.


También considera importante aprobar planes especiales de protección y restauración de los núcleos de Corrubedo (Ribeira) y A Pobra, ya previstos en los respectivos planes urbanísticos desde su aprobación.


“Hay otros colectivos que aún hoy mucha gente no reconoce como patrimonio cultural, como los pueblos abandonados de Xei (Noia), Galea Vella (Boiro) y el Pueblo Olvidado o Pueblo Maldito de Abuín (Rianxo). Los tres quedaron vacíos probablemente por la misma razón (la plaga). Fernández Coto propone catalogarlos y ponerlos en valor.


EL VALOR HISTÓRICO

Suso Souto


ES OBVIO que en Galicia existe una falta de conciencia para proteger y valorar nuestro patrimonio cultural. Falta, ante todo, a nivel personal: en aquellas acciones que realizamos a diario como depositarios de los bienes patrimoniales que disfrutamos, pero que tenemos la obligación de proteger. Hay muchas amenazas: talas, grafitis, saqueos, demoliciones, falta de mantenimiento ... También hay falta de sensibilidad política.


La protección del patrimonio ejercida a nivel personal y social debe ir acompañada de políticas en la misma línea: catalogación y puesta en valor. No debemos resignarnos a convertir las ruinas de nuestro pasado en escenarios más o menos dañados. No se trata de devolverles la vida, sino de mantener su valor histórico.


FUENTE EL CORREO GALLEGO


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