Distanciamiento social... de la democracia

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«El distanciamiento social está aquí para quedarse mucho más de unas cuantas semanas. ‎Cambiará nuestro modo de vida, en cierta manera para siempre.» Eso anunciaron los ‎investigadores del Massachusetts Institute of Technology, una de las universidades más ‎prestigiosas de Estados Unidos. 

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Estos investigadores citan el informe presentado por sus colegas del Imperial College of London, ‎donde se afirma que el distanciamiento social debería convertirse en una norma constante que ‎se flexibilizaría o se intensificaría según la cantidad de personas hospitalizadas bajo cuidados ‎intensivos por causa del Covid-19. El modelo elaborado por los investigadores del Imperial ‎College of London no se refiere sólo a las medidas que aconsejan frente al coronavirus. ‎Para ellos, el distanciamiento social está llamado a convertirse en un verdadero modelo social, ‎cuyos procedimientos ya están en preparación, al igual que los instrumentos que los gobiernos ‎estarían llamados a imponer mediante la ley. ‎


Los dos gigantes estadounidenses de la informática –Apple y Google–, hasta ahora rivales, se han ‎asociado para insertar en los sistemas operativos (DOS, siglas de Disk Operating System o “Sistema ‎Operativo de Disco”) de miles de millones de teléfonos celulares iPhone y Android, en el mundo ‎entero, un programa informático de «seguimiento de contactos» que previene al usuario si una ‎persona contagiada con el coronavirus se acerca a él. Tanto Apple como Google afirman que el ‎programa «respetará la transparencia y la vida privada de los usuarios». ‎


Dos universidades estadounidenses, la Rice University y el mismo MIT, están trabajando en otro ‎sistema de seguimiento aún más eficaz –el de los «certificados digitales»– con el apoyo de la Bill ‎& Melinda Gates Foundation, la fundación estadounidense creada por Bill Gates, fundador de ‎Microsoft y segunda persona más rica del mundo, según la revista Forbes. Así lo anunció ‎públicamente el propio Bill Gates al responder a un empresario que le preguntaba cómo ‎reanudar la actividad productiva respetando el distanciamiento social: ‎


«Finalmente tendremos certificados digitales para mostrar quién está curado o ha pasado ‎recientemente un test de detección o, cuando tengamos una vacuna, quién se ha ‎vacunado.» 


El certificado digital que menciona Bill Gates no es el actual carnet electrónico de salud. ‎La Rice University anunció en diciembre de 2019 la invención de un sistema de puntos ‎cuánticos a base de cobre que, al ser inyectado en el cuerpo junto con la vacuna «se convierte ‎en algo así como un tatuaje con código de barras que puede leerse con un Smartphone ‎personalizado» 

El MITI ha desarrollado una tecnología similar.


La invención de esa tecnología fue solicitada y financiada por la fundación de Bill y Melinda Gates, ‎que dice querer utilizarla en particular en la vacunación de niños, principalmente en los países del ‎Tercer Mundo. También podría utilizarse en una vacunación a escala mundial contra el ‎coronavirus. ‎


Ese es el futuro «modo de vida» que ya nos anuncian: distanciamiento social –claro, de ‎geometría variable– perennemente en vigor; miedo constante a que se nos acerque una persona ‎contagiada con el virus, cuya cercanía sería anunciada de inmediato por una alarma en nuestro ‎teléfono celular; control permanente a través del «código de barras» implantado en nuestro ‎cuerpo. Sería esencialmente una extensión de los sistemas militares que ya permiten seguir e ‎incluso liquidar «objetivos» humanos. ‎

Sin subestimar la peligrosidad del coronavirus –sea cual sea su origen– y la necesidad ‎de medidas que impidan su difusión, es necesario subrayar que no podemos dejar en manos de ‎los científicos del MIT y de la Fundación de Bill Gates la decisión de cómo debe ser nuestra ‎manera de vivir. ‎


Y tampoco podemos dejar de pensar y de hacer preguntas. ‎


Por ejemplo, es ciertamente muy grave que el coronavirus ya haya matado casi 97 000 personas ‎en Europa pero ¿qué medidas habría que adoptar contra las partículas finas que, según los datos ‎oficiales de la Agencia Europea del Medioambiente, provocan cada año la muerte prematura de ‎más de 400 000 personas?


Manlio Dinucci

Fuente
Il Manifesto (Italia)