San Marcos fue uno de los discípulos más cercanos a Jesucristo. Después de la resurrección, San Marcos se convirtió en el primer evangelista y se dirigió a Egipto para difundir el mensaje de Cristo. Fue en Egipto donde evangelizó a muchas personas y fundó la Iglesia de Alejandría.
La Iglesia de Alejandría se convirtió en una de las iglesias cristianas más importantes y poderosas del mundo, pero también enfrentó muchos desafíos. Durante los primeros años, la iglesia fue perseguida por las autoridades romanas, hasta que el emperador Constantino convirtió el cristianismo en la religión oficial del estado romano.
Con el tiempo, surgieron diferencias teológicas entre la Iglesia de Alejandría y otras ramas del cristianismo, lo que resultó en la creación de una iglesia copta separada. La Iglesia Copta se convirtió en un bastión de la fe cristiana en Egipto y en todo el Oriente Medio.
La relación de San Marcos con la Iglesia de Alejandría y con la Iglesia Copta sigue siendo muy importante. San Marcos es considerado por los coptos como el fundador de su iglesia y es muy venerado por ellos. La Iglesia Copta celebra la festividad de San Marcos el 30 de abril de cada año.
La influencia de San Marcos se puede ver en la liturgia y las tradiciones de la Iglesia Copta. La liturgia copta es una de las más antiguas del mundo y ha sido trasmitida de generación en generación, desde los primeros días del cristianismo en Egipto. La liturgia fue desarrollada por San Marcos y ha sido modificada con el tiempo para adaptarse a las necesidades de la comunidad copta.
En cuanto a la relación actual de la Iglesia Copta con la Iglesia de Alejandría, la Iglesia Copta sigue siendo autónoma y tiene su propio Patriarca. Aunque ambas iglesias se enfrentan a desafíos similares, como conflictos políticos y sociales, la Iglesia Copta sigue siendo una fuerza importante en el Oriente Medio y un testimonio de la fe cristiana en un mundo en constante cambio.
En conclusión, la relación de San Marcos con la Iglesia de Alejandría y la creación de la Iglesia Copta han sido de importancia crucial tanto para la historia del cristianismo como para la vida cotidiana de miles de creyentes en el mundo. Su influencia y legado continúan siendo un testimonio poderoso de la fe y de la perseverancia.