Un fanático reflexiona sobre la esencia de una festividad ancestral
Como ferviente seguidor del Inti Raymi, la majestuosa festividad inca en honor al dios Sol, he tenido la fortuna de presenciarla en numerosas ocasiones. La música, los bailes, los colores vibrantes y la energía desbordante de los participantes me cautivan año tras año. Sin embargo, este año, algo me ha hecho reflexionar: ¿hasta qué punto la festividad que hoy presenciamos es fiel a su esencia original?
Las palabras del Catedrático Machicado en el WEBINAR realizado hoy resonaron en mi mente: "La etnografía y las raíces culturales de los pueblos no pueden ser obviadas para dar paso a un Teatro".
Sus palabras me invitaron a observar el Inti Raymi con ojos críticos, a cuestionar si la espectacularidad del evento ha eclipsado su significado profundo.
Sin duda, el Inti Raymi de hoy en día es un espectáculo cultural de gran envergadura. Las coreografías precisas, los trajes elaborados y la puesta en escena impecable son dignos de admiración. Sin embargo, no puedo evitar preguntarme si esta teatralización ha diluido la esencia sagrada de la festividad.
¿Se ha olvidado el verdadero propósito del Inti Raymi: agradecer al Sol por las cosechas y renovar el ciclo vital?
Las tradiciones, por supuesto, no son inmutables. Deben evolucionar con el tiempo para adaptarse a las nuevas realidades. Sin embargo, esta evolución debe ser orgánica, respetuosa con las raíces y el significado original de la tradición.
En el caso del Inti Raymi, me pregunto si la "espectacularización" ha ido demasiado lejos. Si la búsqueda del entretenimiento ha eclipsado la conexión espiritual con la naturaleza y la cosmovisión ancestral.
No pretendo dar una respuesta definitiva a estas preguntas. Solo quiero abrir un espacio de reflexión sobre la importancia de preservar la esencia de nuestras tradiciones mientras nos permitimos evolucionar como sociedad.
¿Las tradiciones pueden evolucionar como la propia sociedad?
La respuesta es sí, pero no a costa de perder su alma.
La evolución debe ser un proceso armónico, donde se conserve el legado ancestral mientras se abren paso nuevas expresiones culturales.
¿O forman parte de un elenco propio e invariable de cada cultura?
No necesariamente. Las tradiciones pueden adaptarse a los nuevos tiempos, incorporando elementos contemporáneos sin perder su esencia.
El Inti Raymi, como muchas otras tradiciones, se encuentra en una encrucijada. Es nuestra responsabilidad, como guardianes de nuestra/cada cultura, encontrar el equilibrio entre la preservación y la evolución. Solo así podremos garantizar que el legado de nuestros ancestros siga vivo y vibrante para las generaciones venideras.
JOSE M. CASTELO-APPLETON